Las energías renovables siguen siendo algo relativamente nuevo en nuestro país, y es por eso que existe un cierto grado de incertidumbre y confusión sobre ellas. Se han desarrollado una serie de mitos sobre la energía solar fotovoltaica que mucha gente toma por ciertos pero nada más lejos de la realidad. En este artículo desmontamos mitos comunes sobre los paneles solares para que puedas tener una imagen fidedigna de la realidad de esta tecnología esencial para el futuro de nuestra energía.
- Las placas solares sólo producen energía cuando hace sol y calor
Está claro que los paneles solares alcanzarán su máximo rendimiento en días completamente soleados, pero eso no significa que dejen de producir energía cuando haga mal tiempo. Las células fotovoltaicas atrapan la radiación solar directa e indirecta. Esto significa que aunque la luz solar sea difusa por las nubes, las placas solares siguen siendo capaces de atraparla y convertirla en energía eléctrica.
En cuanto al frío, es lo contrario de lo que uno se puede imaginar inicialmente. En realidad, las placas solares tienen mejor conductividad cuando las temperaturas son bajas, por lo que se perderá menos energía a la hora de captar la radiación solar. Por eso no te debes preocupar: tus paneles solares producirán energía haga sol, viento o lluvia.
- Instalar paneles solares es caro y se tardan muchos años en amortizar el coste
Es conocimiento común que instalar paneles fotovoltaicos requiere una inversión principal que puede ser costosa, pero también depende de las necesidades energéticas del inmueble que queramos cubrir con nuestra instalación. La clave está en la palabra inversión.
Desde el día en que se pone en funcionamiento un sistema de energía solar fotovoltaica nos ahorramos casi la mitad del precio de nuestra factura de la luz. Con este ahorro, el tiempo medio que se tarda en amortizar el coste inicial es de entre 5 y 10 años. Si consideramos que la vida media de una placa solar es de 25 años, nos daremos cuenta de que nos seguiremos ahorrando una cantidad importante de dinero durante muchos años después de haber amortizado nuestra inversión. A diferencia de un coche o un electrodoméstico, que no produce ningún tipo de beneficio económico, los paneles solares se amortizan solos.
- El mantenimiento de los paneles solares es caro y complicado
Mantener paneles solares no es para nada complicado y no supone un esfuerzo desmesurado más allá de la revisión anual que se debe hacer cada año. La lluvia y el viento ayudan a despejar los paneles fotovoltaicos de polvo y al estar fabricados para pasar muchos años a la intemperie, sus componentes son extraordinariamente resistentes a la climatología. Además, las baterías son cada vez más autónomas gracias a todos los avances que se han hecho estos últimos años en la tecnología de energía solar fotovoltaica.
- Un sistema de paneles solares no tiene capacidad para suministrar el 100% de la energía eléctrica que necesita un domicilio
Esto es falso. Basta con darse cuenta de que a día de hoy existen plantas y naves industriales enteras que se autoabastecen de energía gracias a sistemas de placas solares. Por eso, podemos estar seguros de que le podemos dar un uso normal a nuestro domicilio sin preocuparnos de que no vaya a ser suficiente con la energía que produce nuestra instalación de paneles solares.
Para asegurarnos completamente, antes de hacer la instalación deberemos calcular el consumo que tengamos en casa y así podremos instalar la cantidad adecuada de placas solares.
- Al final de su vida útil los paneles solares son muy contaminantes
Entre un 85% y un 90% de los materiales que componen los paneles solares (como el vidrio y el aluminio) se reciclan ya que son materiales fácilmente reutilizables. Además, el Real Decreto 110/2015 estableció por ley la obligatoriedad de reciclar estos materiales fotovoltaicos, y la responsabilidad de recoger y procesar el reciclaje de las placas solares es de los fabricantes e importadores de las mismas, no del ciudadano, así que no te tienes que preocupar sobre este tema.
En cuanto a las baterías, algunas son más eco-friendly que otras. Las baterías de plomo ácido son altamente reciclables. Un 90-95% de ellas se pueden reciclar en su totalidad. Hoy en día se está optando más por las baterías de litio, que se reciclan mucho menos (en torno a un 5% de ellas) pero compensan esta desventaja con una mayor vida útil que las de plomo ácido.